Cuba: la revolución, 55 años después
En medio de la crisis, pocos ven razones para celebrar
Cuando las jubilosas tropas rebeldes cubanas comenzaron a entrar a La Habana el 1 de enero de 1959 y proclamaron el triunfo de la revolución encabezada por Fidel Castro sobre el régimen dictatorial de Fulgencio Batista, luego de más de dos años de guerra de guerrillas, un sueño de esperanza, progreso socioeconómico y libertades civiles y políticas cubrió a Cuba.
Pero la incertidumbre cunde en la isla al cumplirse 55 años de la victoria, con un régimen comunista en el inmovilismo político y acorralado por la crisis económica, sin que se vislumbren variantes en la vieja hostilidad de EU a Cuba: sin nexos diplomáticos desde 1961, el embargo que Washington impuso en 1962 a La Habana por su sistema comunista y su expansionismo insurgente registra variaciones cosméticas.
“Claro que brindo por Cuba”, dijo el periodista cubano José Alejandro Rodríguez, en un artículo publicado el domingo anterior en el diario digital Cubadebate y en el rotativo Juventud Rebelde, ambos estatales. Al describir una “tensa y aún maltrecha economía” que entra al periodo “decisivo y más complejo” de “actualización” socialista, narró que la “paradoja” es que “el brindis-país” debe ser “realista”. “Alcemos copas sin marearnos mucho porque, de acuerdo con los resultados del 2013, y los pronósticos para el 2014, el problema vital de nuestra economía, sin desdorar el bloqueo ‘yanqui’ y los reductores efectos de la crisis económica internacional, sigue siendo el bajo crecimiento de la criatura”, advirtió.
Con servicios gratuitos en salud y educación, Cuba lanzó cambios financieros, tributarios y comerciales en 2010, para permitir pequeños negocios privados tras casi cinco décadas de omnipresencia económica estatal, pero aclaró que jamás habrá apertura política y que permanecerá solo un partido legal, el Comunista, pese a que los opositores exigen abrirse al pluralismo, con prensa y elecciones libres, sin presidio político ni violación de derechos humanos.
“Aquí no hay nada por qué hacer un brindis. Aquí hay que llorar”, dijo la disidente cubana Berta Soler, líder de Las Damas de Blanco, organización de parientes de presos políticos cubanos. En una entrevista con EL UNIVERSAL, Soler afirmó que “cumplir 55 años de revolución es bastante vergonzoso para el gobierno y deprimente para el pueblo, hundido en hambre y miseria y sin ningún avance en derechos humanos ni en la economía”.
El presidente cubano, Raúl Castro, adoptó la reforma económica luego de asumir la presidencia en 2008. En un mensaje al parlamento el 22 de este mes, admitió que “no se alcanzan las metas” para 2013, pues la producción creció 2.7%, “inferior” al 3.6% “planificado”.
Pese a todo, “nunca admitiremos en la Cuba revolucionaria terapias de choque” que solo “sumirían” al país en “división e inestabilidad” y serían “pretexto para aventuras intervencionistas contra la nación”, ni habrá espacio para “los fallidos paquetes de ajuste que condenan a la miseria a las grandes mayorías”, aseguró.
Con los embustes de Fidel sobre un futuro luminoso lo que se logró fue que Cuba dejara de ser uno de los países con más alto nivel de vida en América Latina en los años 50 y deviniera uno de los más pobres, sin los derechos y libertades que corresponden a una sociedad moderna.
Ello confirma algo incuestionable: además de reprimir, lo que mejor hizo Fidel todo el tiempo fue hacer promesas y embaucar a los cubanos. El mismo primero de enero de 1959, desde un balcón frente el parque Céspedes en Santiago de Cuba le tomó el pelo a todos: "Nadie piense que yo pretenda ejercer facultades aquí por encima de la autoridad del Presidente de la República, yo seré el primer acatador de las órdenes del poder civil de la República, y el primero en dar el ejemplo".
Ya en la Sierra Maestra, al ser entrevistado en febrero de 1957 por Herbert Matthews (The New York Times), Castro había afirmado: "El poder no me interesa. Después de la victoria quiero regresar a mi pueblo a continuar con mi carrera de abogado".
Volvió a burlarse del pueblo el 16 de febrero de 1959, al tomar posesión como primer ministro del Gobierno, cuando dijo que lo hacía provisionalmente: "Yo no soy un aspirante a Presidente de la República. No me importa ningún cargo público, no me interesa el poder".
Unos días antes —el 7 de febrero—, ya él mismo había redactado la "Ley Fundamental" que puso en práctica al asumir como jefe de Gobierno. Así echó abajo la Constitución de 1940 —que había prometido restablecer—, convirtió en ornamental el cargo de Presidente de la República y arrebató al Congreso las funciones legislativas, que pasó al Consejo de Ministros que él presidía.
Es decir, el joven barbudo se convirtió en el gobernante más poderoso de toda la historia republicana, y luego en el dictador que en el mundo ha gobernado más tiempo en la era moderna: 52 años consecutivos (1959-2011).
En otra entrevista que le hicieron en las montañas, en mayo de 1958, Castro dijo: "Nuestra filosofía política es la de la democracia representativa". Y por Radio Rebelde insistía en que al triunfar la revolución se convocaría a elecciones presidenciales.
Pero para Castro era inadmisible gobernar solamente cuatro años, incluso ocho o 12 años si se enmendaba la constitución. Lo suyo era vitalicio. Dominado por su narcisismo y su patológica obsesión por el poder lanzó la consigna de "¿Elecciones para qué?", y nunca las hubo. Cuba es hoy la nación que lleva más tiempo en todo Occidente sin realizar comicios democráticos: 65 años, desde 1948.
'No soy comunista'
En su primera visita a Estados Unidos, en abril de 1959, Castro dijo en el Club de Prensa de Nueva York: "Que quede bien claro que nosotros no somos comunistas. Que quede bien claro". Y en Washington le dijo a los periodistas: "Yo no estoy de acuerdo con el comunismo. Cuba no nacionalizará ni expropiará propiedades privadas extranjeras y buscará, por el contrario, inversiones adicionales".
Ya en enero, en el Club de Leones de La Habana, Fidel había "aclarado" a la prensa: "No somos ni seremos comunistas. Nuestra revolución es genuinamente democrática, genuinamente cubana".
Y antes, en mayo de 1958 en la Sierra Maestra, había asegurado: "No he sido nunca ni soy comunista. Si lo fuese, tendría valor suficiente para proclamarlo". Y agregó: "Nunca ha hablado el Movimiento 26 de julio de socializar o nacionalizar la industria. Ese es sencillamente un temor estúpido hacia nuestra revolución".
Pero no era estúpido aquel temor. A 19 meses de tomar el poder, el 6 de agosto de 1960, Castro estatizó las 26 empresas estadounidenses en Cuba, incluyendo 36 centrales azucareros. Dos meses después estatizó todas las empresas industriales y comerciales del país, incluyendo todos los centrales azucareros y los bancos. Y el 16 de abril de 1961 desveló el carácter comunista de la revolución, dijo que él era marxista-leninista desde hacía tiempo y convirtió a Cuba en satélite de la Unión Soviética. Admitió así que se había burlado de todos.
En 1968 el cineasta estadounidense Saul Landau (fallecido recientemente) fue a la Isla y entrevistó a Castro. Luego, en su libro Cuba y sus críticos (1987), Landau escribió sobre aquella entrevista: "Castro me explicó que él se hizo marxista desde que leyó el Manifiesto Comunista cuando era estudiante universitario, y que luego se hizo leninista cuando leyó a Lenin mientras estaba en la prisión de Isla de Pinos, en 1954".
A estos engaños iniciales del "máximo líder" siguieron luego las promesas de viviendas para todos; la promesa de que Cuba sería gran productora de carne, leche, arroz, azúcar y café; las maravillas de la emulación socialista, el trabajo voluntario y el "hombre nuevo", la Zafra de los 10 millones, el Cordón de La Habana, el Plan Alimentario; así como todas las inculpaciones al "bloqueo yanqui" de la improductividad socialista.
Si Fidel y su hermano Raúl quisiesen atenuar un poco la condena que les hará la historia como dictadores, deberían pedir perdón por tanta opresión y tantos embustes, y por haber hundido a Cuba a niveles africanos de pobreza.
En fin, estamos ante el aniversario 55 de un acontecimiento fatal. Basta responder a estas preguntas: ¿Se alimentan y viven hoy mejor los cubanos, tienen mayores ingresos, gozan de más libertad para progresar que hace 55 años? ¿Eligen libremente a sus gobernantes? ¿Por qué si Cuba era un imán atrayendo inmigrantes hoy casi todos desean emigrar del país? ¿Cuál es la nación occidental que menos ha avanzado desde mediados del siglo XX en el ámbito socioeconómico y tecnológico?
Y ojo, quien responda en la Isla a estas interrogantes puede ir a prisión por "propaganda enemiga".
Pyongyang, 31 dic (PL) El líder de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), mariscal Kim Jong Un, envió hoy una felicitación al presidente de Cuba, Raúl Castro, por el 55 aniversario del triunfo de la Revolución.En ocasión del 55 aniversario del triunfo de la Revolución cubana, extiendo cálida felicitación y saludo camaraderil a todo el pueblo cubano, puntualizó en una misiva el primer secretario del Partido del Trabajo de Corea y primer presidente del Comité de Defensa Nacional de la RPDC.
Kim Jong Un expresó su complacencia con la dirección del líder de la Revolución, Fidel Castro, y del presidente, Raúl Castro, y elogió la firmeza del pueblo cubano en la defensa de la soberanía, la dignidad del país y la construcción del socialismo.
Convencido de que las tradicionales relaciones de amistad y cooperación que unen a nuestros dos países se fortalecerán y se desarrollarán en la senda por la victoria, la independencia y el socialismo, le deseo los mayores éxitos al frente del Partido Comunista y del gobierno de Cuba, subrayó el líder norcoreano.
En medio de la crisis, pocos ven razones para celebrar
Cuando las jubilosas tropas rebeldes cubanas comenzaron a entrar a La Habana el 1 de enero de 1959 y proclamaron el triunfo de la revolución encabezada por Fidel Castro sobre el régimen dictatorial de Fulgencio Batista, luego de más de dos años de guerra de guerrillas, un sueño de esperanza, progreso socioeconómico y libertades civiles y políticas cubrió a Cuba.
Pero la incertidumbre cunde en la isla al cumplirse 55 años de la victoria, con un régimen comunista en el inmovilismo político y acorralado por la crisis económica, sin que se vislumbren variantes en la vieja hostilidad de EU a Cuba: sin nexos diplomáticos desde 1961, el embargo que Washington impuso en 1962 a La Habana por su sistema comunista y su expansionismo insurgente registra variaciones cosméticas.
“Claro que brindo por Cuba”, dijo el periodista cubano José Alejandro Rodríguez, en un artículo publicado el domingo anterior en el diario digital Cubadebate y en el rotativo Juventud Rebelde, ambos estatales. Al describir una “tensa y aún maltrecha economía” que entra al periodo “decisivo y más complejo” de “actualización” socialista, narró que la “paradoja” es que “el brindis-país” debe ser “realista”. “Alcemos copas sin marearnos mucho porque, de acuerdo con los resultados del 2013, y los pronósticos para el 2014, el problema vital de nuestra economía, sin desdorar el bloqueo ‘yanqui’ y los reductores efectos de la crisis económica internacional, sigue siendo el bajo crecimiento de la criatura”, advirtió.
Con servicios gratuitos en salud y educación, Cuba lanzó cambios financieros, tributarios y comerciales en 2010, para permitir pequeños negocios privados tras casi cinco décadas de omnipresencia económica estatal, pero aclaró que jamás habrá apertura política y que permanecerá solo un partido legal, el Comunista, pese a que los opositores exigen abrirse al pluralismo, con prensa y elecciones libres, sin presidio político ni violación de derechos humanos.
“Aquí no hay nada por qué hacer un brindis. Aquí hay que llorar”, dijo la disidente cubana Berta Soler, líder de Las Damas de Blanco, organización de parientes de presos políticos cubanos. En una entrevista con EL UNIVERSAL, Soler afirmó que “cumplir 55 años de revolución es bastante vergonzoso para el gobierno y deprimente para el pueblo, hundido en hambre y miseria y sin ningún avance en derechos humanos ni en la economía”.
El presidente cubano, Raúl Castro, adoptó la reforma económica luego de asumir la presidencia en 2008. En un mensaje al parlamento el 22 de este mes, admitió que “no se alcanzan las metas” para 2013, pues la producción creció 2.7%, “inferior” al 3.6% “planificado”.
Pese a todo, “nunca admitiremos en la Cuba revolucionaria terapias de choque” que solo “sumirían” al país en “división e inestabilidad” y serían “pretexto para aventuras intervencionistas contra la nación”, ni habrá espacio para “los fallidos paquetes de ajuste que condenan a la miseria a las grandes mayorías”, aseguró.
En 55 años, y siempre acosada por Washington, Cuba soportó la invasión anticastrista a Bahía de Cochinos en 1961, estuvo al borde de la guerra nuclear por la crisis de los misiles en 1962, sufrió el impacto económico y político del desplome de sus aliados del campo socialista (de 1989 con la caída del muro de Berlín a 1991 con la desintegración de la URSS) y emprendió aventuras guerreristas en América Latina y el Caribe, Asia y África en las décadas de 1960, 1970 y 1980. Ahora, depende en gran parte de la inestable Venezuela, por lo que la incertidumbre interna persiste.
El robo de Fidél Castro
Con los embustes de Fidel sobre un futuro luminoso lo que se logró fue que Cuba dejara de ser uno de los países con más alto nivel de vida en América Latina en los años 50 y deviniera uno de los más pobres, sin los derechos y libertades que corresponden a una sociedad moderna.
Ello confirma algo incuestionable: además de reprimir, lo que mejor hizo Fidel todo el tiempo fue hacer promesas y embaucar a los cubanos. El mismo primero de enero de 1959, desde un balcón frente el parque Céspedes en Santiago de Cuba le tomó el pelo a todos: "Nadie piense que yo pretenda ejercer facultades aquí por encima de la autoridad del Presidente de la República, yo seré el primer acatador de las órdenes del poder civil de la República, y el primero en dar el ejemplo".
Ya en la Sierra Maestra, al ser entrevistado en febrero de 1957 por Herbert Matthews (The New York Times), Castro había afirmado: "El poder no me interesa. Después de la victoria quiero regresar a mi pueblo a continuar con mi carrera de abogado".
Volvió a burlarse del pueblo el 16 de febrero de 1959, al tomar posesión como primer ministro del Gobierno, cuando dijo que lo hacía provisionalmente: "Yo no soy un aspirante a Presidente de la República. No me importa ningún cargo público, no me interesa el poder".
Unos días antes —el 7 de febrero—, ya él mismo había redactado la "Ley Fundamental" que puso en práctica al asumir como jefe de Gobierno. Así echó abajo la Constitución de 1940 —que había prometido restablecer—, convirtió en ornamental el cargo de Presidente de la República y arrebató al Congreso las funciones legislativas, que pasó al Consejo de Ministros que él presidía.
Es decir, el joven barbudo se convirtió en el gobernante más poderoso de toda la historia republicana, y luego en el dictador que en el mundo ha gobernado más tiempo en la era moderna: 52 años consecutivos (1959-2011).
En otra entrevista que le hicieron en las montañas, en mayo de 1958, Castro dijo: "Nuestra filosofía política es la de la democracia representativa". Y por Radio Rebelde insistía en que al triunfar la revolución se convocaría a elecciones presidenciales.
Pero para Castro era inadmisible gobernar solamente cuatro años, incluso ocho o 12 años si se enmendaba la constitución. Lo suyo era vitalicio. Dominado por su narcisismo y su patológica obsesión por el poder lanzó la consigna de "¿Elecciones para qué?", y nunca las hubo. Cuba es hoy la nación que lleva más tiempo en todo Occidente sin realizar comicios democráticos: 65 años, desde 1948.
'No soy comunista'
En su primera visita a Estados Unidos, en abril de 1959, Castro dijo en el Club de Prensa de Nueva York: "Que quede bien claro que nosotros no somos comunistas. Que quede bien claro". Y en Washington le dijo a los periodistas: "Yo no estoy de acuerdo con el comunismo. Cuba no nacionalizará ni expropiará propiedades privadas extranjeras y buscará, por el contrario, inversiones adicionales".
Ya en enero, en el Club de Leones de La Habana, Fidel había "aclarado" a la prensa: "No somos ni seremos comunistas. Nuestra revolución es genuinamente democrática, genuinamente cubana".
Y antes, en mayo de 1958 en la Sierra Maestra, había asegurado: "No he sido nunca ni soy comunista. Si lo fuese, tendría valor suficiente para proclamarlo". Y agregó: "Nunca ha hablado el Movimiento 26 de julio de socializar o nacionalizar la industria. Ese es sencillamente un temor estúpido hacia nuestra revolución".
Pero no era estúpido aquel temor. A 19 meses de tomar el poder, el 6 de agosto de 1960, Castro estatizó las 26 empresas estadounidenses en Cuba, incluyendo 36 centrales azucareros. Dos meses después estatizó todas las empresas industriales y comerciales del país, incluyendo todos los centrales azucareros y los bancos. Y el 16 de abril de 1961 desveló el carácter comunista de la revolución, dijo que él era marxista-leninista desde hacía tiempo y convirtió a Cuba en satélite de la Unión Soviética. Admitió así que se había burlado de todos.
En 1968 el cineasta estadounidense Saul Landau (fallecido recientemente) fue a la Isla y entrevistó a Castro. Luego, en su libro Cuba y sus críticos (1987), Landau escribió sobre aquella entrevista: "Castro me explicó que él se hizo marxista desde que leyó el Manifiesto Comunista cuando era estudiante universitario, y que luego se hizo leninista cuando leyó a Lenin mientras estaba en la prisión de Isla de Pinos, en 1954".
A estos engaños iniciales del "máximo líder" siguieron luego las promesas de viviendas para todos; la promesa de que Cuba sería gran productora de carne, leche, arroz, azúcar y café; las maravillas de la emulación socialista, el trabajo voluntario y el "hombre nuevo", la Zafra de los 10 millones, el Cordón de La Habana, el Plan Alimentario; así como todas las inculpaciones al "bloqueo yanqui" de la improductividad socialista.
Si Fidel y su hermano Raúl quisiesen atenuar un poco la condena que les hará la historia como dictadores, deberían pedir perdón por tanta opresión y tantos embustes, y por haber hundido a Cuba a niveles africanos de pobreza.
En fin, estamos ante el aniversario 55 de un acontecimiento fatal. Basta responder a estas preguntas: ¿Se alimentan y viven hoy mejor los cubanos, tienen mayores ingresos, gozan de más libertad para progresar que hace 55 años? ¿Eligen libremente a sus gobernantes? ¿Por qué si Cuba era un imán atrayendo inmigrantes hoy casi todos desean emigrar del país? ¿Cuál es la nación occidental que menos ha avanzado desde mediados del siglo XX en el ámbito socioeconómico y tecnológico?
Y ojo, quien responda en la Isla a estas interrogantes puede ir a prisión por "propaganda enemiga".
Kim Jong Un felicita a Raúl Castro por 55 aniversario de Revolución
Pyongyang, 31 dic (PL) El líder de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), mariscal Kim Jong Un, envió hoy una felicitación al presidente de Cuba, Raúl Castro, por el 55 aniversario del triunfo de la Revolución.En ocasión del 55 aniversario del triunfo de la Revolución cubana, extiendo cálida felicitación y saludo camaraderil a todo el pueblo cubano, puntualizó en una misiva el primer secretario del Partido del Trabajo de Corea y primer presidente del Comité de Defensa Nacional de la RPDC.
Kim Jong Un expresó su complacencia con la dirección del líder de la Revolución, Fidel Castro, y del presidente, Raúl Castro, y elogió la firmeza del pueblo cubano en la defensa de la soberanía, la dignidad del país y la construcción del socialismo.
Convencido de que las tradicionales relaciones de amistad y cooperación que unen a nuestros dos países se fortalecerán y se desarrollarán en la senda por la victoria, la independencia y el socialismo, le deseo los mayores éxitos al frente del Partido Comunista y del gobierno de Cuba, subrayó el líder norcoreano.
Cuba 2014
.......... HACE 55 AÑOS UN GUERRILLERO LLAMADO FIDÉL SE ROBÓ A CUBA!!