Chavez era el unico que quedaba vivo de los que estuvieron presente en la exhumación de Bolivar..
LA MALDICIÓN DEL PANTEÓN DE BOLÍVAR
ENFERMEDAD DE CHÁVEZ AVIVA EL MITO DE LA “MALDICIÓN DEL PANTEÓN DE BOLÍVAR”
PARA MUCHOS VENEZOLANOS, LA ORDEN DE HUGO CHÁVEZ DE ABRIR EL SARCÓFAGO DONDE ESTABAN LOS RESTOS DE SIMÓN BOLÍVAR, HA SIDO LA CAUSA DE UNA SECUELA DE MUERTES EN EL ENTORNO CHAVISTA Y DE LA YA PRÓXIMA DEFUNCIÓN DEL PROPIO PRESIDENTE.
Esto de las maldiciones parece un tema recurrente en muchas culturas y a veces la casualidad o causalidad ha querido que los hechos hagan que las personas consideren como real lo que “de boca en boca” se ha divulgado.
Son muchas las generaciones de humanos que vinculan a personajes famosos con historias macabras, desde el antiguo Egipto hasta nuestros días la muerte en serie es considerada como un misterio o un hecho no fortuito debido a “violaciones” de maldiciones de profanadores incrédulos de los deseos expresos del difunto.
En Cuba hace más de 20 años (1986) la directora de teatro Bertha Martínez llevó a la escena del Teatro Nacional de Cuba la única obra dramática de Alejo Carpentier llamada “La aprendiz de bruja” y había ciertos comentarios de que esta única pieza teatral de Alejo no se había montado ni podía ponerse en escena porque poseía la maldición de la Malinche, recuerden la historia de México y Hernán Cortés con una de sus favoritas. Después de muchos problemas y tropiezos subió el telón y en la segunda noche del estreno uno de los actores principales Florencio Escudero murió aplastado por una plataforma delante del público que colmaba la sala. Fue terrible para el teatro cubano.
Les cuento todo esto porque hace menos de dos años, el 16 de julio del 2010, por orden de Hugo Chávez, se abrió en su presencia el sarcófago donde estaban los restos de Simón Bolívar.
Sobre el famoso sarcófago del Libertador rondaba una historia conocida por la llamada “maldición del panteón de Bolívar”. Una leyenda que crece entre los venezolanos y con el anuncio del tumor canceroso del presidente Chávez ha alcanzado mayores proporciones.
Para muchos venezolanos, la profanación de la tumba, ha sido la causa de una secuela de muertes en el entorno chavista:
Guillermo García Ponce, director del diario Vea, uno de los históricos de la izquierda venezolana, murió en septiembre del 2010.
Ese mismo mes, víctima de un accidente de tránsito falleció el gobernador de Guarico, William Lara, ex diputado y ex ministro chavista.
Luis Tascón, diputado partidario de Chávez, quien padecía de cáncer de colon, falleció en agosto del 2010.
El general Alberto Muller Rojas, uno de los asesores presidenciales falleció poco después de la exhumación.
En marzo del 2011, de un infarto del miocardio murió, antes de llegar al hospital, Lina Ron, una de las radicales dirigentes de bases del chavismo.
José Ignacio Meléndez Anderson, hermano del asesinado fiscal Danilo Anderson, recibió varios disparos de un individuo que pretendía robarle un celular.
En La Habana, donde recibía atención médica, murió en junio del 2011, el Contralor General de Venezuela, Clodobaldo Russian.
Los venezolanos han llegado a creer que la caída de dos helicópteros militares, el accidente de un avión de Conaviasa, la desaparición de tres naves pesqueras y una serie de desastres naturales, son castigo divino por profanar la tumba del Libertador.
La necrofilia se manifiesta con el amor hacia cadáveres y una adoración maléfica que ha llevado a profanar tumbas y hacer del cadáver un objeto de adoración. Se dice que los profanadores son perseguidos por el anatema de los difuntos.
La maldición del Faraón ha caído sobre aquellos que profanaron las pirámides y sus tumbas. La muerte de Lord Carnarvon tras abrir el sarcófago de Tutankamón fue solo el inicio de muchas calamidades.
Durante la Revolución Francesa, por orden de la Convención, se ordenó en 1793 profanar todas las tumbas de reyes, reinas, princesas y delfines que estaban en la Basílica de San Dionisio. Mancillaron los nichos de Felipe III, Isabel de Aragón, María de Médicis y Luis XIV (El Rey Sol), entre otros. La Revolución Francesa terminó envuelta en sangre.
La mayor necrofilia moderna es la adoración del cadáver de Vladimir Ilich Lenin en la URSS. Todavía en el siglo XXI desfilan ante el cadáver momificado y los nostálgicos del marxismo tienen un verdadero placer ideológico al ver la momia del fundador del estado soviético.
Otro embalsamado fue Iosef V. Stalin, quien al morir en marzo de 1953 fue colocado junto a Lenin. Una noche de octubre de 1956, por orden de Nikita Serguéievich Jrushchov el cadáver fue profanado, dándole sepultura en la muralla del Kremlin. En la URSS, con sentido de humor ateísta, decían que la maldición de Stalin, acabaría con el poder de Jrushchov. Otro día de octubre de 1964 un golpe de estado palaciego sacaba del Kremlin a Jrushchov. La profecía se cumplió.
Ahora la gravedad de Chávez ha elevado el temor de que todo lo malo que sucede en Venezuela la tiene el Presidente por abrir la tumba de Bolívar y que terminará cuando este haya dejado de existir.
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