La reina que viene
Desde qua la reina Beatriz de Holanda anunció la decisión de abdicar en su hijo, el príncipe Guillermo Alejandro, Holanda se prepara para una jornada de coronación que -programada para este martes- se anuncia sobria y austera, aunque con decenas de miles de asistentes. Máxima se convertirá en la segunda latinoamericana que se siente en un trono europeo
Las encuestas y el fervor marcan la popularidad que posee Máxima en Holanda, una relación entre la futura reina y su pueblo que el profesor de historia Henk te Velde no dudó en catalogar como “amor a primera vista”.
“Ella llegó y conquistó, fue amor a primera vista”, comentó este docente de la Universidad de Leiden, muy vinculada a la Casa Orange ya que fue fundada por el príncipe Guillermo I en 1575 y por sus aulas pasaron las reinas Juliana y Beatriz y el próximo monarca, Guillermo.
El especialista en la historia real de los Países Bajos señaló que Máxima fue rápidamente aceptada por haber aprendido holandés, además de “su carisma, amabilidad y amor por la vida”.
No es la única querida: el docente contó que regularmente se realizan encuestas de popularidad sobre la Casa Real y la cantidad de personas que la consideran positiva siempre supera el 80 por ciento.
Si alguien podía anticipar la fecha en que Máxima se convertiría en reina era este reconocido historiador, quien hace dos años pronosticó en una entrevista a un diario de su país que Beatriz iba a abdicar en el 2013.
Según explicó, la predicción se basó en el simbolismo que tiene este año, bicentenario de la creación del actual reinado, y porque uno de los encargados de preparar las celebraciones fue hasta hace poco el ex primer ministro Ruud Lubbers, amigo cercano de Beatriz.
Además, la reina cumplió 75 años, lo que el profesor indicó como “una edad lógica para abdicar”, en una Casa Real que tiene una larga tradición de reyes que renuncian al trono para ver gobernar a sus sucesores.
“Era esperado que Beatriz tomase la decisión, porque además todos concuerdan en que Guillermo está capacitado para el trabajo”, señaló.
Con la misma pedagogía con la que brinda clases en la universidad, Te Velde remarcó que la ceremonia del 30 de abril será una investidura y no coronación.
“Sería difícil encontrar a alguien que haga la coronación, porque en los países donde existe lo realiza el líder de la religión oficial, pero en Holanda no tenemos ninguna”, explicó.
“Otra cuestión importante es que desde su inicio esta fue una monarquía constitucional, no absolutista, por lo que el rey debe jurar ante la Constitución”, añadió.
Una vez que el esposo de Máxima lo haga, se convertirá en Guillermo Alejandro, pero no Guillermo IV, que el historiador señaló era lo esperado teniendo en cuenta la tradición de sus predecesores.
Sin embargo, Te Velde le restó importancia y comentó que la decisión marca “que quiere ser un hombre, un individuo, y no un número o simplemente el siguiente rey en la línea”.
Lo que no será ninguna sorpresa es la marea naranja de público que celebrará la llegada de los nuevos reyes este martes.
El color que representa a Holanda en el mundo tiene sus orígenes históricos en la familia Orange y el docente remarcó que demuestra el tipo de vínculo que existe entre el pueblo y la realeza.
“Es interesante, porque el color no es exclusivo para la Casa Real y sus actos sino que es utilizado para las fiestas y actividades populares”.