"Cacerolazo" contra Maduro ensordece a Venezuela
- Un "cacerolazo" masivo en protesta por los resultados de los comicios presidenciales que le dieron la victoria a Nicolás Maduro ensordeció el lunes varias ciudades de Venezuela, en una jornada en la que estudiantes universitarios chocaron con guardias nacionales.
Convocado por el candidato opositor Henrique Capriles, el "cacerolazo" inició a las 8:00 de la noche (0030 GMT), cuando Maduro hablaba en una conferencia de prensa en la casa de gobierno y horas después de que fuera proclamado como presidente electo por el Consejo Nacional Electoral.
La ruidosa protesta, de más de una hora, se extendió a Caracas, la capital del país, donde personas golpeaban ollas y cacerolas desde sus casas y calles en varios sectores de la capital, incluidos los alrededores del palacio presidencial de Miraflores.
"Eso es un mecanismo de expresión", dijo Capriles, quien según los resultados divulgados por la autoridad electoral quedó en segundo lugar en las elecciones presidenciales del domingo al perder por 235.000 votos de 14,8 millones de sufragios emitidos. "Que todo nuestro pueblo haga sonar su olla, su cacerola".
El candidato opositor pidió a la gente participar para descargar su inconformidad. "Que se oiga en todo el mundo", pidió.
"Yo sé que esto no va a servir de nada, estos malandros que están en el gobierno no tienen ninguna vergüenza; pero es una forma de expresar la indignación que tenemos, es una forma de liberar tanta tensión y dolor por lo mal que está Venezuela", dijo Sandra Castellanos, una madre de dos niños de 6 y 4 años, que golpeaba en Caracas una cacerola, junto a seis de sus vecinos.
Desde algunos edificios incluso se escuchaban gritos de "fraude".
Cuando se le preguntó su opinión sobre el "cacerolazo", Maduro dijo en la rueda de prensa que "todos los que apoyaban a (Augusto) Pinochet tocaban cacerola", en referencia al dictador chileno.
Contrario a la versión de Maduro, era la oposición durante el régimen de Pinochet (1973-1990) la que tocaba las cacerolas. El dictador chileno acalló a comienzo de la década de 1980 las nacientes manifestaciones organizadas de descontento, sacando a las calles a sus soldados, que reprimieron los "cacerolazos" y fogatas callejeras.
A lo largo de la céntrica avenida Urdaneta y la barriada pobre de Sarría, en la capital, y zonas adyacentes, donde habitan personas de clase media y baja, también se escuchaba la protesta proveniente de los edificios.
"Esto no para, estoy sorprendido. El gobierno no puede hacerse la vista gorda... más de siete millones, la mitad del país quiere un cambio, está cansado de un gobierno autoritario que en 14 años no ha hecho otra cosa que profundizar los problemas y dividir más a los venezolanos, ponernos a pelear unos a otros", dijo Silvio Marcano, un jubilado de 68 años, quien destacó que la protesta mantenía su intensidad después de más de una hora.
"¿Qué les cuesta recontar los votos? Si no lo hacen es porque algo temen. Se llenan la boca diciendo que el mejor sistema (electoral) del mundo; pero se les cayó la máscara, este sistema (automatizado) no aguanta una verdadera auditoría", dijo Marcano, un ex contador que golpeaba la tapa de una ola con un cucharon de madera, a las puertas de un modesto edificio, ubicado al norte de Caracas.
En medio del bullicio se escuchaba el grito de "conteo, conteo", en relación a la petición de Capriles de recontar todos los votos antes de certificar el triunfo del candidato oficialista Maduro.
María Alejandra Viloria, una secretaria de 27 años, quien estaba concentrada con una veintena de personas en una plaza del centro de la capital sonando su olla con un cucharón, dijo que decidió participar en la manifestación porque "este es un gobierno ilegítimo y tengo un gobierno ilegítimo. Ese señor no me representa. Basta de desempleo, de inseguridad, desabastecimiento, escasez. Eso es lo que insta a salir a defender mi voto. Yo quiero el conteo".
En la misma avenida Urdaneta, una periodista de The Associated Press observó el paso de un camión que llevaba en la parte trasera un grupo de 10 chavistas que gritaban "¡Chávez vive, la lucha sigue!".
En Barinas, estado natal del fallecido presidente Hugo Chávez, se produjeron enfrentamientos entre manifestantes y policías.
Adán Chávez, hermano mayor de Chávez y gobernador de Barinas, denunció que cuatro policías resultaron heridos por pedradas durante los choques callejeros. La estatal Venezolana de Televisión difundió imágenes de los disturbios. Acotó que el orden fue restablecido al anochecer.
En Caracas, más temprano, guardias nacionales dispersaron con gas lacrimógeno y balas de goma a cientos de estudiantes que protestaron el lunes en varias vías del este de la ciudad por los resultados de las elecciones presidenciales de la víspera, en las que Maduro fue declarado ganador.
Los estudiantes, apostados en una de las principales autopistas del este de Caracas, lanzaron piedras y pedazos de concreto hacia cientos de guardias nacionales, con equipos antimotines, que trataban de restablecer el paso en la vía donde permanecían estacionados varios vehículos que no pudieron avanzar debido a la protesta.
Al grito de "fraude, fraude", los manifestantes intentaron retomar su protesta en la autopista pero fueron contenidos por los militares con gases lacrimógenos y balas de goma, según imágenes captadas por APTN.
Los jóvenes, algunos con el rostro cubierto con camisetas para protegerse de los gases lacrimógenos, se replegaron hacia una de las avenidas de la urbanización Altamira, en el este de la ciudad, donde formaron una barricada con restos de basura en medio de la vía que luego incendiaron.
Los universitarios buscaban llegar hacia el oeste de la capital venezolana, donde se localiza la mayoría de los edificios de los Ministerios de gobierno y el Consejo Nacional Electoral, donde Maduro era proclamado como ganador de los comicios.
En su discurso tras ser proclamado, Maduro responsabilizó al alcalde del municipio capitalino de Chacao, Emilio Graterón, en caso intentaran salir de su zona a hacer protestas.
"No vamos a aceptar golpistas en la calle", dijo el presidente. "Si quieren trancar el estado Miranda (donde queda Chacao) la primera responsabilidad es del alcalde y la segunda del gobernador", que es Capriles, añadió en tono enérgico el nuevo mandatario.
Y en medio de vivas de seguidores chavistas, Maduro advirtió a los opositores que "no se confundan: somos seguidores de Cristo redentor... amamos la palabra sagrada de la Biblia pero somos guerreros".
"Si ellos quieren dar un golpe de estado bueno aquí está un pueblo, aquí está una fuerza armada... aquí los esperamos golpistas", exclamó el recién proclamado ganador de los comicios.
Caracas amaneció el lunes en aparente tranquilidad, aunque en las calles había a partir del comienzo de la tarde una notable presencia de vehículos blindados militares y agentes antimotines en medio un duro intercambio de reclamos entre el opositor Henrique Capriles y voceros de Maduro.
Al filo del mediodía un grupo de simpatizantes de Capriles marchó desde una plaza del este de capital de Venezuela hasta el comando de campaña del candidato.
Más hacia el centro de la ciudad, se podían observar vehículos blindados y agentes antimotines apostados en puntos clave de acceso en vías que dan hacia el palacio presidencial de Miraflores, por ejemplo.
"Que algunos venezolanos salgan y se planten frente al Consejo Nacional Electoral y hagan su protesta o su reclamo pacifico, bienvenido porque estamos en democracia; pero que no lo hagan en un escenario de violencia", dijo Barrientos a la televisión estatal.
"Estamos trabajando las Fuerza Nacional para garantizar la seguridad", añadió.
- Un "cacerolazo" masivo en protesta por los resultados de los comicios presidenciales que le dieron la victoria a Nicolás Maduro ensordeció el lunes varias ciudades de Venezuela, en una jornada en la que estudiantes universitarios chocaron con guardias nacionales.
Convocado por el candidato opositor Henrique Capriles, el "cacerolazo" inició a las 8:00 de la noche (0030 GMT), cuando Maduro hablaba en una conferencia de prensa en la casa de gobierno y horas después de que fuera proclamado como presidente electo por el Consejo Nacional Electoral.
La ruidosa protesta, de más de una hora, se extendió a Caracas, la capital del país, donde personas golpeaban ollas y cacerolas desde sus casas y calles en varios sectores de la capital, incluidos los alrededores del palacio presidencial de Miraflores.
"Eso es un mecanismo de expresión", dijo Capriles, quien según los resultados divulgados por la autoridad electoral quedó en segundo lugar en las elecciones presidenciales del domingo al perder por 235.000 votos de 14,8 millones de sufragios emitidos. "Que todo nuestro pueblo haga sonar su olla, su cacerola".
El candidato opositor pidió a la gente participar para descargar su inconformidad. "Que se oiga en todo el mundo", pidió.
"Yo sé que esto no va a servir de nada, estos malandros que están en el gobierno no tienen ninguna vergüenza; pero es una forma de expresar la indignación que tenemos, es una forma de liberar tanta tensión y dolor por lo mal que está Venezuela", dijo Sandra Castellanos, una madre de dos niños de 6 y 4 años, que golpeaba en Caracas una cacerola, junto a seis de sus vecinos.
Desde algunos edificios incluso se escuchaban gritos de "fraude".
Cuando se le preguntó su opinión sobre el "cacerolazo", Maduro dijo en la rueda de prensa que "todos los que apoyaban a (Augusto) Pinochet tocaban cacerola", en referencia al dictador chileno.
Contrario a la versión de Maduro, era la oposición durante el régimen de Pinochet (1973-1990) la que tocaba las cacerolas. El dictador chileno acalló a comienzo de la década de 1980 las nacientes manifestaciones organizadas de descontento, sacando a las calles a sus soldados, que reprimieron los "cacerolazos" y fogatas callejeras.
A lo largo de la céntrica avenida Urdaneta y la barriada pobre de Sarría, en la capital, y zonas adyacentes, donde habitan personas de clase media y baja, también se escuchaba la protesta proveniente de los edificios.
"Esto no para, estoy sorprendido. El gobierno no puede hacerse la vista gorda... más de siete millones, la mitad del país quiere un cambio, está cansado de un gobierno autoritario que en 14 años no ha hecho otra cosa que profundizar los problemas y dividir más a los venezolanos, ponernos a pelear unos a otros", dijo Silvio Marcano, un jubilado de 68 años, quien destacó que la protesta mantenía su intensidad después de más de una hora.
"¿Qué les cuesta recontar los votos? Si no lo hacen es porque algo temen. Se llenan la boca diciendo que el mejor sistema (electoral) del mundo; pero se les cayó la máscara, este sistema (automatizado) no aguanta una verdadera auditoría", dijo Marcano, un ex contador que golpeaba la tapa de una ola con un cucharon de madera, a las puertas de un modesto edificio, ubicado al norte de Caracas.
En medio del bullicio se escuchaba el grito de "conteo, conteo", en relación a la petición de Capriles de recontar todos los votos antes de certificar el triunfo del candidato oficialista Maduro.
María Alejandra Viloria, una secretaria de 27 años, quien estaba concentrada con una veintena de personas en una plaza del centro de la capital sonando su olla con un cucharón, dijo que decidió participar en la manifestación porque "este es un gobierno ilegítimo y tengo un gobierno ilegítimo. Ese señor no me representa. Basta de desempleo, de inseguridad, desabastecimiento, escasez. Eso es lo que insta a salir a defender mi voto. Yo quiero el conteo".
En la misma avenida Urdaneta, una periodista de The Associated Press observó el paso de un camión que llevaba en la parte trasera un grupo de 10 chavistas que gritaban "¡Chávez vive, la lucha sigue!".
En Barinas, estado natal del fallecido presidente Hugo Chávez, se produjeron enfrentamientos entre manifestantes y policías.
Adán Chávez, hermano mayor de Chávez y gobernador de Barinas, denunció que cuatro policías resultaron heridos por pedradas durante los choques callejeros. La estatal Venezolana de Televisión difundió imágenes de los disturbios. Acotó que el orden fue restablecido al anochecer.
En Caracas, más temprano, guardias nacionales dispersaron con gas lacrimógeno y balas de goma a cientos de estudiantes que protestaron el lunes en varias vías del este de la ciudad por los resultados de las elecciones presidenciales de la víspera, en las que Maduro fue declarado ganador.
Los estudiantes, apostados en una de las principales autopistas del este de Caracas, lanzaron piedras y pedazos de concreto hacia cientos de guardias nacionales, con equipos antimotines, que trataban de restablecer el paso en la vía donde permanecían estacionados varios vehículos que no pudieron avanzar debido a la protesta.
Al grito de "fraude, fraude", los manifestantes intentaron retomar su protesta en la autopista pero fueron contenidos por los militares con gases lacrimógenos y balas de goma, según imágenes captadas por APTN.
Los jóvenes, algunos con el rostro cubierto con camisetas para protegerse de los gases lacrimógenos, se replegaron hacia una de las avenidas de la urbanización Altamira, en el este de la ciudad, donde formaron una barricada con restos de basura en medio de la vía que luego incendiaron.
Los universitarios buscaban llegar hacia el oeste de la capital venezolana, donde se localiza la mayoría de los edificios de los Ministerios de gobierno y el Consejo Nacional Electoral, donde Maduro era proclamado como ganador de los comicios.
En su discurso tras ser proclamado, Maduro responsabilizó al alcalde del municipio capitalino de Chacao, Emilio Graterón, en caso intentaran salir de su zona a hacer protestas.
"No vamos a aceptar golpistas en la calle", dijo el presidente. "Si quieren trancar el estado Miranda (donde queda Chacao) la primera responsabilidad es del alcalde y la segunda del gobernador", que es Capriles, añadió en tono enérgico el nuevo mandatario.
Y en medio de vivas de seguidores chavistas, Maduro advirtió a los opositores que "no se confundan: somos seguidores de Cristo redentor... amamos la palabra sagrada de la Biblia pero somos guerreros".
"Si ellos quieren dar un golpe de estado bueno aquí está un pueblo, aquí está una fuerza armada... aquí los esperamos golpistas", exclamó el recién proclamado ganador de los comicios.
Caracas amaneció el lunes en aparente tranquilidad, aunque en las calles había a partir del comienzo de la tarde una notable presencia de vehículos blindados militares y agentes antimotines en medio un duro intercambio de reclamos entre el opositor Henrique Capriles y voceros de Maduro.
Al filo del mediodía un grupo de simpatizantes de Capriles marchó desde una plaza del este de capital de Venezuela hasta el comando de campaña del candidato.
Más hacia el centro de la ciudad, se podían observar vehículos blindados y agentes antimotines apostados en puntos clave de acceso en vías que dan hacia el palacio presidencial de Miraflores, por ejemplo.
"Que algunos venezolanos salgan y se planten frente al Consejo Nacional Electoral y hagan su protesta o su reclamo pacifico, bienvenido porque estamos en democracia; pero que no lo hagan en un escenario de violencia", dijo Barrientos a la televisión estatal.
"Estamos trabajando las Fuerza Nacional para garantizar la seguridad", añadió.