Tony -Gruseny Antonio- Canelón, un venezolano de 32 años de edad, falleció el pasado jueves en la madrugada tras ser herido con 11 disparos de bala durante una manifestación en Cabudare, estado Lara.
Un asesino enfermo de odio de la GNB disparó 11 veces contra el a menos de 5 centímetros de distancia, en ese estado fue aprehendido, golpeado salvajemente, atado y torturado, al amanecer lo trasladaron a un hospital donde le atienden pero su cuerpo estaba destrozado y con hemorragia interna, uno solo de los disparos tenía casi siete centímetros de diámetro que destrozó su páncreas, hígado, intestino y pulmones.
Tony no murió por manifestar, murió por ser rubio, catiro, como dicen los venezolanos, al verlo creyeron que era un extranjero venido "del imperio" para dirigir las marchas, lo torturaron por casi 4 horas para "hacerlo confesar que era contratado por los opositores", al verlo en muy mal estado y comprobar que era venezolano, lo llevaron a un hospital, pero ya era muy tarde: la hemorragia interna había acabado con su vida minuto a minuto desangrandolo.