Una tragedia humana
Albert Rivera escribe para ABC desde Venezuela, donde fue invitado por la oposición al chavismo
Durante mis primeras horas en Venezuela he podido comprobar la crisis humanitaria que sacude a los venezolanos, expresada en su máxima crudeza en la ausencia de alimentos y medicamentos. Pero también la crisis de Derechos Humanos. Nada más aterrizar en Caracas, pude cenar con Lilian Tintori, la mujer de Leopoldo López, y con su madre. Sus historias personales sobrecogen a cualquier persona que defienda la libertad y la democracia.
Ayer pude reunirme con el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos, y tuve el honor de intervenir en la comisión de Exteriores de esta institución. Mi intención ha sido en todo momento trasladar el compromiso de España para ayudar al pueblo venezolano en estos tiempos convulsos. El motivo de mi viaje es ese: prestar apoyo a quienes nos han pedido ayuda. Y Venezuela necesita con urgencia esa ayuda para superar la situación de crisis humanitaria por la que atraviesa.
Los testimonios de algunas de las personas con las que he podido hablar encogen el corazón. Un buen ejemplo de ello es que, durante una entrevista con una periodista de prestigio en Venezuela, me ha confesado que no puede comer tres veces al día, y que desde luego no puede comer lo que le gustaría debido al desabastecimiento. Una tragedia humana, como muchas otras, que entre todos debemos contribuir a solucionar.
Albert Rivera escribe para ABC desde Venezuela, donde fue invitado por la oposición al chavismo
Durante mis primeras horas en Venezuela he podido comprobar la crisis humanitaria que sacude a los venezolanos, expresada en su máxima crudeza en la ausencia de alimentos y medicamentos. Pero también la crisis de Derechos Humanos. Nada más aterrizar en Caracas, pude cenar con Lilian Tintori, la mujer de Leopoldo López, y con su madre. Sus historias personales sobrecogen a cualquier persona que defienda la libertad y la democracia.
Ayer pude reunirme con el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos, y tuve el honor de intervenir en la comisión de Exteriores de esta institución. Mi intención ha sido en todo momento trasladar el compromiso de España para ayudar al pueblo venezolano en estos tiempos convulsos. El motivo de mi viaje es ese: prestar apoyo a quienes nos han pedido ayuda. Y Venezuela necesita con urgencia esa ayuda para superar la situación de crisis humanitaria por la que atraviesa.
Los testimonios de algunas de las personas con las que he podido hablar encogen el corazón. Un buen ejemplo de ello es que, durante una entrevista con una periodista de prestigio en Venezuela, me ha confesado que no puede comer tres veces al día, y que desde luego no puede comer lo que le gustaría debido al desabastecimiento. Una tragedia humana, como muchas otras, que entre todos debemos contribuir a solucionar.
ABC.es