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¿Porqué Maduro castigó a Santos? LA VERDAD

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La furia de Maduro por la negativa respuesta de Santos, fue lo que ocasionó los cientos de deportaciones de colombianos desde Venezuela, en peligro el "cartel de los soles"

Como una parejita de adolescentes novios, la mano sucia de Maduro no tembló al dañar a miles de sus compatriotas colombianos, expulsándolos de territorio venezolano, lugo de algunos vivir allí por muchos años.

Colombianos vieron destrozados sus sueños, al verse obligados a abandonar sus residencias para que la GNB no lo llevase presos, o quizás en el intento, perdiesen sus vidas.

Todo en represalia del dictador venezolano Nicolás Maduro contra su "nuevo mejor amigo" el presidente de Colombia Juan Manuel Santos, pues como en ocasiones anteriores, Santos le había entregado a Maduro venezolanos que estaban en la mira del dictador tal como lo fue Lorent Saleh, aquel chico estudiante, que siempre sobresalió por defender a la oposición dentro y fuera de Venezuela, pero que se convirtió en la piedra en el zapato para Maduro, por lo que este le solicitó a Santos que le autorizara su "detención" por guardias venezolanos dentro del territorio colombiano, algo a lo que accedió Santos en septiembre de 2014. O como también Santos entregó a Venezuela en el 2011 a Walid Makled García, empresario que habría sobornado a muchos para amasar su inmesa fortuna y estaría  también vinculado  al famoso " cartel de los soles", pues hoy la historia se ha repetido.

El inicio del verdadero conflicto



La verdad de la situación de la frontera con Colombia


1) Guerra de cárteles

El día 17 de agosto de 2015 


Una comisión del Ejército integrada por el Teniente (Ej.) Daniel Veloz Santaella y el Teniente (Ej.) Alexis Rodríguez Arias y otros efectivos del Ejército ambos plazas del GAC Vásquez ubicado en San Cristóbal detuvo en las inmediaciones de la alcabala de Peracal una camioneta tripulada por dos efectivos de la GN. Al ser requeridos en identificación, los funcionarios de la GN [Guardia Nacional Bolivariana] lo hicieron pero se negaron a dejarse registrar el vehículo, pidiendo la presencia de un fiscal del Ministerio Público.

En virtud a que el incidente fue escalando, inmediatamente hizo acto de presencia el Comandante del Destacamento de la GN [Guardia Nacional Bolivariana] en San Antonio del Táchira, y ya había sido alertado también el Comandante del GAC [Grupo de Acciones de la Guardia Nacional Bolivariana] Vásquez quien también estaba presente y el general de división (Ej. ) Efraín Velasco Lugo de la Región Estratégica de Defensa Integral (REDI) Los Andes. A esta altura del incidente los funcionarios de la GN pedían la presencia de un fiscal del MP para poder abrir la camioneta. El vehículo fue abierto en presencia de un fiscal del Ministerio Público con competencia nacional y se incautaron drogas y dinero en efectivo en una cantidad cercana a los 47 millones de bolívares fuertes y tres millones de dólares, pertenecientes (Según la versión de los funcionarios de la GN) al Comandante del Regional de la GN [Guardia Nacional Bolivariana] en Táchira.



El día 19 de agosto de 2015 

El Tte. (Ej.) Daniel Veloz Santaella y el Tte. (Ej. ) Alexis Rodríguez Arias y el Cabo primero Miguel Núñez Martínez son emboscados por un motorizado durante la realización de una comisión de inteligencia en el área urbana, barrio Simón Bolívar de San Antonio del Táchira. Inmediatamente y con base a un informe presentado por el MG (Ej.) Velasco Lugo, el Presidente decretó el cierre de la frontera por 3 días mientras se controlaba la situación de orden público en la zona.


El 21 de agosto de 2015 

A las 8 pm, el Presidente Nicolás Maduro decreta un estado de excepción en los municipios Bolívar, Ureña, Junín, Capacho Libertad y Capacho Independencia del estado Táchira por un lapso de 60 días con base a un informe de inteligencia presentado por el GJ (Ej.) Vladimir Padrino López, Ministro de la Defensa.

Los comentarios de los actores militares que conocen toda la verdad de lo ocurrido indican que esta es una guerra de cárteles militares de la droga. Al cerrar la frontera con Colombia en el estado Táchira por recomendación del Mayor General (Ej.) Velasco Lugo y luego por presión del GJ (Ej.) Vladimir Padrino para llevarlo al nivel de estado de excepción en los municipios comentados, los narcóticos bajo jurisdicción de la Guardia Nacional, y en particular del MG (GN) Reverol son afectados en un territorio (Táchira) que históricamente ha sido del control en exclusividad de la Guardia Nacional en drogas,
 contrabando, licores, trata de blancas y brillantes.

Esto es una verdadera guerra de cárteles militares venezolanos, El Cartel de Los Soles (Ejército) versus El Cartel de La Goajira (Guardia Nacional). Como cuando se enfrentaban en la década de los 80 en Colombia, el Cartel de Medellín contra el Cartel de Cali.


2) Miles de deportaciones

Varias fuentes coinciden en afirmar que este atentado es el resultado de «una guerra entre oficiales del Ejércitio y cárteles del narcotráfico donde están involucrados oficiales de la Guardia Nacional», como asegura José Antonio Colina, presidente de la ONG Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exterior. 


Otras señalan que Maduro ha utilizado el ataque como excusa para multiplicar las deportaciones de colombianos, que ya se venían produciendo tras la puesta en marcha de las Operaciones de Liberación del Pueblo (OLP), cuyo objetivo es acabar con los grupos paramilitares, que Maduro asegura están siendo apoyados por la extrema derecha venezolana y colombiana.

«Eso ya había empezado en el mes de febrero, pero ahora lo están haciendo abiertamente y están utilizando el atentado a los dos oficiales», dijo a «El Nuevo Herald» el general Marco Ferreira Torres. «Desde febrero, han detenido aproximadamente a unos 12.600 colombianos en lo que ellos denominan operaciones de liberación del pueblo», añadió.


En los últimos días un millar de colombianos, entre ellos 241 menores, han sido expulsados de sus casas. Los deportados han denunciado que los soldados bolivarianos los han humillado y saqueado sus bienes y destruyendo sus viviendas y marcandolas con las letras «R» de revisión y «D» para demoler. «Están marcando [las casas] de los colombianos, como hacían los nazis con los judíos»




3) Las extradiciones a EEUU aprobadas por Santos


La reciente decisión de Bogotá de entregar a la justicia estadounidense a dos presuntos narcotraficantes que operaban con el venezolano Cartel de los Soles amenaza la posición interna de algunos de los personajes más poderosos dentro del chavismo, dijeron personas familiarizadas con la situación al explicar que las extradiciones son la principal razón que llevó al gobernante Nicolás Maduro a emprender la deportación masiva de colombianos en la frontera.

Las extradiciones, aprobadas por el presidente Juan Manuel Santos pese a las intensas presiones ejercidas por el régimen de Caracas, podrían acelerar los casos que llevan adelante las autoridades estadounidenses sobre las actividades del cartel de droga venezolano, presuntamente operado por militares de alto rango y por dirigentes claves del chavismo.

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, aprobó recientemente las extradiciones a Estados Unidos de los colombianos Gersaín Viáfara Mina, alias Eliseo, y del “empresario” Óscar Hernando Giraldo Gómez, siendo este último descrito por el diario El Tiempo como “el testigo estrella que destapará el Cartel de los Soles”.






Pero las decisiones de extraditar a Viáfara y a Giraldo, aprobadas por Santos a finales de julio y de agosto, respectivamente, demostraron ser un “gran dolor de cabeza para los funcionarios colombianos en vista de las fuertes presiones que estaban siendo ejercidas por Venezuela”, dijo una de las fuentes que habló bajo condición de anonimato.

“Estos eran los operadores de narcotráfico del Cartel de los Soles”, añadió la fuente. “Y la cancillería venezolana y el gobierno [de Venezuela] también lo hizo a través de canales informales, les planteó que dejaran de extraditar gente a Estados Unidos, que ‘maliciosamente le quiere hacer daño a la revolución’”.

Los presuntos narcotraficantes colombianos, cuya extradición fue solicitada por separado por las fiscalías federales del Sur de Nueva York y del Este de Nueva York, podrían brindar nuevos datos sobre la vinculación de altos funcionarios del chavismo con las operaciones del narcotráfico.

Ambos aún se encuentran en Colombia y otros detenidos con perfiles similares a ellos están siendo actualmente solicitados para ser extraditados por la justicia estadounidense, dijeron las fuentes.

Entre las principales figuras del chavismo que están siendo actualmente investigadas se encuentran el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, su hermano, José David Cabello, el ex director de Inteligencia Militar, Hugo Carvajal, y el actual gobernador del estado Aragua, Tarek El Aissami.





Gran parte de esas investigaciones se centran sobre el presidente de la Asamblea Nacional bajo sospecha de que él es actual líder del cartel. Cabello, cuyo poder en Venezuela rivaliza con el del propio Maduro, describe las versiones de la prensa internacional sobre estas investigaciones como calumnias y demandó a tres medios venezolanos que se atrevieron a reproducir los artículos del Wall Street Journal, el Washington Post, el diario ABC de España y el Nuevo Herald.

Las fuentes dijeron que el régimen de Venezuela está haciendo uso de las deportaciones masivas de colombianos para tratar de obligar a Santos a detener las extradiciones de Viáfara y de Giraldo, así como de otros narcotraficantes detenidos en Colombia que también poseen información sobre el Cartel de los Soles.

Maduro ordenó la semana pasada el cierre de la frontera con Colombia en el estado Táchira y ordenó la deportación de cientos de colombianos indocumentados que residían en el estado tras un ataque en el que tres militares venezolanos y un civil resultaron heridos.

El gobernante venezolano describió el incidente como un ataque perpetrado por paramilitares colombianos contra funcionarios venezolanos, pero fuentes dijeron a el Nuevo Herald que en realidad se trató de un choque entre bandas rivales integradas por militares venezolanos.

Hasta el momento, cerca de 1,100 colombianos han sido deportados por soldados venezolanos, muchas veces a empujones y a punta de armas de fuego, lo que ha causado gran indignación en la población colombiana.

“Estamos supremamente indignados por lo que está haciendo el gobierno de Venezuela. Nunca, en 200 años, esto había pasado. Con el presidente Chávez tuvimos muchísimas diferencias. Nunca ofendió al pueblo de Colombia, de la manera como usted [Maduro] lo está ofendiendo. Aquí estamos todos indignados, todos unidos, todos de pie”, declaró el miércoles el ex presidente César Gaviria.




Más de 1,500 colombianos han decidido salir de Venezuela por su propia cuenta, cruzando a píe el río Táchira, muchos de ellos llevando muebles y pesados bultos a cuestas.

Para el ex embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, Diego Arria, las acciones de Maduro contra la población colombiana no causan sorpresa, y señaló que lamentablemente ahora la población del vecino país está pagando las consecuencias de la política complaciente hacia el régimen que Santos venía llevando.

“Lamentablemente, son los colombianos pobres los que están pagando un alto precio por las debilidades del gobierno de Santos. Ellos [en el gobierno colombiano] se venían doblegando con el régimen, y el régimen ya les tomó la temperatura”, expresó Arria.

Pero la decisión de extraditar a los presuntos socios del cartel de los Soles constituye un radical cambio en el tradicional manejo de las relaciones diplomáticas entre los dos países.

“Son vistas como una traición y como un elemento muy peligroso para la permanencia en el poder de Cabello y Maduro en Venezuela, porque los nuevos testigos aportarían a la fiscalía estadounidense elementos de prueba, del lado del origen de la droga”, declaró en Washington Antonio De La Cruz, el presidente ejecutivo de la firma Inter American Trends.

De La Cruz agregó que los extraditados podrían terminar de redondear los casos que están siendo adelantados en Estados Unidos contra la cúpula del Cartel de los Soles, ya que la información que han manejado los investigadores hasta ahora provienen de personas que vieron la operación del lado venezolano, mientras que los narcotraficantes colombianos brindarían datos de la operación desde Colombia.

Para el asesor político Esteban Gerbasi está ultima información podría terminar siendo crucial en estos casos.

“Para el Cartel de los Soles y los involucrados, sus peores enemigos son los narcotraficantes colombianos y mexicanos que ya fueron extraditados o están por ser extraditados. La información que poseen va a ser vital en todos estos procesos”, dijo Gerbasi.



4) Los Tres carteles que operan en Venezuela


Félix Jiménez, ex superintendente de la Drug Enforcement Administration conocida por sus siglas como la DEA, conversó con quien suscribe la nota, para explicar como vienen operando los narcotraficantes dentro y fuera de los Estados Unidos.


El experto antinarcóticos, asegura que los narco terroristas de las FARC son los responsables de fabricar toneladas de cocaína en Colombia “existe un proceso de paz en Colombia y por eso el presidente Santos exigió a las FARC detener la fabricación de cocaína. Por esa razón la guerrilla ha llegado acuerdos con el Cartel de Sinaloa pa
ra mudar los laboratorios a México” afirma Jiménez.

Los cultivos de coca en Colombia no son suficientes para procesar grandes cargamentos de cocaína, por eso las hojas de coca son compradas por los narcotraficantes en el Perú y Bolivia.

“Lo que va a ocurrir es que el cartel de Sinaloa va a ir a buscar a estos países con sus aviones hojas de coca para trasladarlas a México, al igual que químicos como la acetona y ácidos y hidrocloruros que son esenciales para convertir la pasta de coca en cocaína desde sus propios laboratorios en territorio mexicano” aseguró.


Para el ex agente de la DEA, Venezuela tiene un problema de corrupción enorme con los militares, básicamente lo que ha ocurrido, es que después del alzamiento del 11 de abril de 2002, el fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, asignó a sus militares de confianza a la frontera con la excusa de un supuesto ataque de Estados Unidos a Venezuela.


Con el Plan Colombia, las FARC se vieron obligadas a moverse al Este de Colombia y Oeste de Venezuela con sus laboratorios para mantener la elaboración industrial de cocaína.


Los químicos utilizados por la guerrilla de las FARC ingresaban a Venezuela por el Puerto de Puerto Cabello con la complicidad de militares corruptos de alta confianza de Chávez, que permitían que esa materia prima llegara a Colombia, y una vez procesada la cocaína, salía por la misma ruta, es decir, por Puerto Cabello para ser enviada a Europa, otra ruta es por el lago de Maracaibo, de ahí a Aruba y de ahí a Europa, afirma el experto.



5) Carteles operan en Venezuela


Félix Jiménez asegura que la primera organización criminal en operar en Venezuela con venezolanos fue el Cartel del Sol, eran Generales de Brigada (un sol) que comenzaron a cobrar a los carteles colombianos por custodiar la movilización de químicos hasta la frontera con Colombia y posteriormente dar protección a grandes cargamentos de cocaína dentro del territorio venezolano, esta denuncia fue publicada a mediados de los noventa en el periódico El Venezolano en la columna “En Caliente” escrita por quien firma la esta investigación.


Posteriormente, nace el Cartel de los Soles, Generales de Brigada (un sol), Generales de División (dos soles) y Generales en Jefe (tres soles), militares corruptos de la alta confianza del presidente Chávez que se organizan y toman el control del tráfico de cocaína dentro de Venezuela con el apoyo de la guerrilla de las FARC.

El tercer cartel que existe en Venezuela, es insignificante pero importante, lo integran ex oficiales corruptos del ejército que después de 2002 cuando se alzaron contra Chávez pero estaban vinculados con la FARC, fueron dados de baja pero se organizaron y han venido operando con el tráfico de cocaína en pequeñas cantidades con el nombre del Cartel Bolivariano. Ellos son básicamente minoristas que controlan pequeñas cantidades de cocaína, no son muy fuertes, ya que quien controla el gran negocio son esos Generales y oficiales activos que integran El Cartel de los Soles “Si miras la decisión de Chávez de poner esos oficiales en la frontera, era para hacerlos ricos, favorecer a sus amigos que venían trabajando juntos con las FARC en el tráfico de cocaína”


6) Como y el termino


El término “Cartel de los Soles” es usado para describir a los grupos al interior de las fuerzas de seguridad de Venezuela que trafican con cocaína. Es, en cierto modo, un término engañoso ya que crea la impresión de que hay un grupo jerárquico, compuesto principalmente por oficiales militares, que fija el precio de la cocaína en el país. Hay células en las principales ramas de las fuerzas armadas -el ejército, la armada, la fuerza aérea y la Guardia Nacional, desde el más bajo hasta el más alto nivel- que esencialmente funcionan como organizaciones narcotraficantes. Sin embargo, describirlas como un “cartel” en el estricto sentido de la palabra sería exagerado. No está claro cuál es el modus operandi entre estas células, aunque al parecer las rivalidades entre éstas han sido letales en el pasado.


Los elementos de las fuerzas armadas al parecer más profundamente involucrados en el narcotráfico en Venezuela se encuentran, como era de esperarse, concentrados a lo largo de la frontera occidental con Colombia; especialmente en los estados de Apure, Zulia y Táchira. El poder de estas células proviene de su acceso a los principales aeropuertos, retenes y puertos, incluyendo Puerto Cabello en el estado Carabobo. Se cree que estas organizaciones militares tienen como proveedor de cocaína a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en particular los Bloques Oriental y Magdalena Medio.
Orígenes


El término “Cartel del Sol” fue utilizado por primera vez en 1993, cuando dos generales de la Guardia Nacional, el jefe antidrogas Ramón Guillén Dávila y su sucesor Orlando Hernández Villegas, fueron investigados por tráfico de drogas y delitos conexos. Como comandantes de brigada, cada uno llevaba un solo sol como insignia en sus hombros, dando lugar al nombre de “Cartel del Sol” (más tarde, cuando surgieron acusaciones de que los comandantes de división –con dos soles por su rango- participaron en el narcotráfico, el término se convirtió en el Cartel de los Soles).


En los años noventa, surgieron acusaciones sobre tropas de la Guardia Nacional aliadas con narcotraficantes, pero, en términos generales, esto principalmente consistía en aceptar sobornos y mirar hacia otro lado mientras los traficantes movían su mercancía. Los militares no tenían conexiones directas con los proveedores y en gran parte no movían ni almacenaban cocaína ellos mismos.


Tres acontecimientos significativos contribuyeron al auge del crimen organizado en Venezuela. En primer lugar, Colombia firmó el multimillonario Plan Colombia de seguridad con Estados Unidos, lo que permitió que las fuerzas de seguridad de Colombia presionaran a los grupos guerrilleros de las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) como nunca antes. Esta presión militar obligó a los guerrilleros a mover sus operaciones a los estados fronterizos de Venezuela que eran poco vigilados.


Luego, en 2002 ocurrieron dos hechos claves, uno tras otro. El primero fue el final del proceso de paz entre las FARC y el gobierno del presidente Andrés Pastrana, con lo cual la guerrilla perdió su enorme santuario en el Sur de Colombia, viéndose obligada a buscar otros refugios. El segundo fue el intento de golpe de estado que removió temporalmente al presidente Hugo Chávez del poder. Esto llevó a Chávez a centrar gran parte de su energía en la identificación y sanción de los golpistas, mientras lideraba otras intensas batallas políticas, como la huelga petrolera de 2002-2003.


Las consecuencias del golpe llevaron al gobierno de Chávez a reforzar su círculo de confianza, lo cual también significó que muchas posiciones influyentes en el gobierno o las oportunidades lucrativas de contratos les fueron otorgadas a militares leales. Se dio la sensación de que el gobierno asumió una posición de régimen pretoriano, con militares retirados o en servicio ocupando cargos importantes en estamentos del Estado.


Chávez también estableció áreas de operaciones militares a lo largo de la frontera, invocando el temor a una invasión estadounidense desde la frontera con Colombia. Se cree que fue en ese momento cuando efectivos tanto del ejército, como de la Guardia Nacional, se corrompieron por el narcotráfico.



Mario Marcano

El término Cartel de los Soles saltó de nuevo a la palestra gracias al periodista y concejal municipal Mauro Marcano, en 2004. Antes de ser asesinado a tiros, él acusó al comandante de brigada de la Guardia Nacional y director de inteligencia Alexis Maneiro, y a otros miembros de la Guardia Nacional, de vínculos con el narcotráfico. El caso de Marcano sugirió una corrupción sistemática en la Guardia Nacional; sin embargo, el gobierno hizo un esfuerzo poco entusiasta para investigar su asesinato. No se abrió investigación contra Maneiro, y fue trasladado a una posición menos visible.

Durante este tiempo, hubo otras señales de que el narcotráfico estaba aumentando en Venezuela. En 2004 se llevaron a cabo una serie de incautaciones récord de drogas en el país: 32 toneladas de cocaína y 12 toneladas de heroína y marihuana. La participación de los militares facilitando la circulación de la cocaína también fue objeto de investigación en agosto de 2004, cuando varios oficiales le tendieron una trampa a tres pasajeros de un vuelo (entre ellos un ciudadano estadounidense) por narcotráfico en el aeropuerto internacional de Caracas. Otros funcionarios de la Guardia Nacional fueron detenidos en un caso separado, cargando cocaína en un avión privado en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar.


Este tipo de incidentes resaltó el papel de los militares en el narcotráfico, y su tendencia a apoderarse de cargamentos de drogas sólo cuando no habían recibido los respectivos sobornos.
En 2005 sucedió otro hecho que contribuyó al fortalecimiento de las redes del crimen organizado en el país, cuando Chávez acusó a la DEA de espionaje. Esto puso fin a los proyectos antinarcóticos financiados por Estados Unidos, incluyendo una de las iniciativas que pudo haber actualizado la tecnología de Puerto Cabello, uno de los puntos de salida para los cargamentos de drogas más importantes del país.

Uno de los más claros indicios de que funcionarios de alto nivel en las fuerzas de seguridad han estado involucrados en el crimen organizado sucedió en 2008, cuando la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC por sus siglas en inglés: Office of Foreign Assests Control) anunció sanciones contra las siguientes personas:





– Hugo Armando Carvajal Barrios, director de inteligencia militar en ese entonces.

– Henry de Jesús Rangel Silva, a quien Chávez nombró comandante de las fuerzas armadas y ministro de defensa en enero de 2012.


– Ramón Emilio Rodríguez Chacín, exministro de interior y justicia.


Presuntamente todos eran contactos de las FARC en un esquema de intercambio de drogas por armas.
- En septiembre de 2011, la OFAC sancionó a otros cuatro funcionarios venezolanos, según informes basados ​​en evidencia recuperada de los portátiles encontrados en el campamento del asesinado comandante de las FARC Raúl Reyes:


– Cliver Antonio Alcalá Cordones, más tarde nombrado como jefe de la Región Estratégica de Defensa Integral de Guyana del Ejército (REDI Guyana).


– El congresista Freddy Alirio Bernal Rosales, exalcalde de Caracas.


– El oficial de inteligencia Ramón Isidro Madriz Moreno.


– Amílcar Jesús Figueroa Salazar, un político descrito como “un traficante de armas para las FARC (…) y un contacto principal para los líderes de las FARC asentados en Venezuela”.


Los partidarios del gobierno de Chávez han sostenido que la lista de la OFAC se basa en evidencia débil de los portátiles de las FARC, y que no existe ninguna prueba concreta de que este Cartel de los Soles en realidad esté llevando a cabo operaciones criminales. Otros han criticado a la lista de la OFAC como una herramienta política utilizada para calumniar al régimen de Chávez.


No obstante, cabe destacar que las fuerzas de seguridad no llevaron a cabo investigaciones totalmente transparentes sobre la presunta mala conducta de Maneiro, Alcalá y otros cuando tuvieron la oportunidad. Otros incidentes -como el caso de la “narcoavioneta” en 2011- alimentaron la creencia de que existía una complicidad con el crimen organizado en los más altos niveles militares y gubernamentales. Un pequeño avión capturado en el Estado norteño de Falcón, con unos 1.400 kilos de cocaína, fue descubierto despegando de la base militar La Carlota en Caracas en agosto de 2011. Los portavoces militares de la Fuerza aérea y el gobierno emitieron comunicados dando explicaciones disímiles frente a lo ocurrido.


Otro caso que se dio en septiembre de 2013, esta vez involucrando a un avión de pasajeros, condujo a la detención de 28 personas, entre ellos un teniente coronel, y otros miembros de la Guardia Nacional. El 10 de septiembre, un avión de Air France aterrizó en París con 1,3 toneladas de cocaína a bordo, empacadas en 31 maletas. El avión había despegado del aeropuerto de Maiquetía en Caracas, el cual está controlado por la Guardia Nacional. De inmediato quedó claro que había una amplia colaboración de los miembros de las fuerzas armadas. 

Pese a que se dieron una serie de arrestos de miembros de la Guardia Nacional involucrados en el caso, todos eran oficiales de bajo rango. A pesar del hecho, no se hizo responsable a ningún alto funcionario; según las declaraciones de un periodista investigativo venezolano, era “absolutamente impensable, imposible, que se llevara a cabo sin la cooperación de los altos mandos”. Una comisión parlamentaria fue creada para investigar el caso, pero los miembros carecían de independencia del Poder Ejecutivo, aumentando la probabilidad de culpar a alguien más, por fuera de la Guardia Nacional. 


A lo largo de la historia del Cartel de los Soles ha habido muy poca investigación sobre la mala conducta profesional, y hay muchas pruebas que sugieren que la integridad de las fuerzas armadas se ha visto gravemente comprometida por el crimen organizado.



7) Modus operandi


A mediados de la primera década del siglo XXI, efectivos de la Guardia Nacional y otras ramas de las fuerzas armadas comenzaron a participar más activamente en el narcotráfico. Células de las fuerzas de seguridad comenzaron a comprar, almacenar, mover y vender cocaína ellos mismos; antes su función principal era extorsionar a narcotraficantes que movían cargamentos de cocaína. Una teoría de por qué esta evolución se produjo es que los narcotraficantes colombianos comenzaron a pagar a los militares con drogas en lugar de dinero en efectivo, lo que obligó a los venezolanos a encontrar sus propios mercados para los narcóticos.


No hay un árbol genealógico para una estructura tan efímera como el Cartel de los Soles, sólo una lista de los nombres publicados por la OFAC, y mucha especulación. Parece evidente que las ramas principales de las fuerzas armadas -la Guardia Nacional, el Ejército, la Armada y la Fuerza aérea- tienen facciones que trafican con drogas. Aunque a veces parece que trabajan juntos, también hay evidencia de que a veces operan unos contra otros y roban cargamentos de droga (una práctica conocida como “tumbes”). Ha habido reportes de una facción del narcotráfico en el Ejército compuesta por agentes que participaron en el intento de golpe de estado de 1992, un grupo informalmente conocido como el “Cartel Bolivariano”.


Cargamentos de cocaína son comprados en los estados fronterizos de Apure y Zulia, o bien en los departamentos de la frontera colombiana. Debido a que los dólares son escasos en Venezuela, y debido a que el bolívar se devalúa con frecuencia en el mercado negro, es raro que las compras involucren dinero en efectivo. La cocaína es a menudo intercambiada por armas, especialmente en negociaciones con las FARC. De lo contrario, los venezolanos actúan como socios de los narcotraficantes colombianos, acordando dividir las ganancias de la venta de la cocaína en el extranjero.





Las rutas de tráfico más populares son por vía aérea hacia la República Dominicana y Honduras. Otra ruta es por tierra hasta Surinam, luego en avión o en barco a África Occidental y de ahí hasta Europa. Cuando se mueve por tierra, la cocaína se suele almacenar en ranchos y fincas de propiedad de contactos civiles.
La Guardia Nacional trabajó con el narcotraficante civil Walid Makled para mover sus cargamentos de droga desde Venezuela. Makled también dijo haber trabajado con decenas de altos funcionarios militares. Pero, si bien parece que la Guardia Nacional y el Ejército utilizaron a Makled como su “agente” para organizar el movimiento de cargamentos de cocaína fuera del país, no hay conexión entre estas dos facciones de las fuerzas de seguridad. Las dos han luchado, robándose cargamentos de cocaínaentre sí y luego reportándolos como incautaciones. Pero es raro que las incautaciones de cocaína reportadas sean destruidas en su totalidad –usualmente son traficadas nuevamente-.


Después del arresto de Makled en Colombia en 2010 y su extradición a Venezuela en 2011, parece que los elementos corruptos de las fuerzas han cooptado más o menos exitosamente sus redes de narcotráfico en el Estado Zulia. El Cartel de la Guardia Nacional, por su parte, es más fuerte en otras regiones del Occidente de Venezuela, incluyendo la zona de frontera con los departamentos colombianos de Arauca y Norte de Santander.



8) El sicariato


Un Sargento retirado de la Policía Nacional, pasó a trabajar como agente de seguridad de los hermanos Rodríguez Orejuela, luego como contador, cobrador y posteriormente sicario. Tras la separación de los carteles norte del Valle y Cali pasó a trabajar al lado de Orlando Henao (conocido como “el hombre del overol”); tras la muerte de su jefe pasó a liderar su propia organización y fue unos de los cabecillas del Cartel del Norte del Valle junto a Diego Leon Montoya y Juan Carlos Ramírez Abadía alias “chupeta”. Su mano derecha paso a ser Luis Alfonso Ocampo Fomeque, medio hermano de su socio Víctor Patiño Fómeque alias La fiera, con quien protagonizó varios asesinatos además de ser su amigo personal.

Un hecho importante fue que sufrió un atentado en la vía Rozo cerca de Cali el 23 de noviembre de 1997, ordenado por Hélmer Herrera Buitrago alias Pacho Herrera, este suceso desencadenaría en una guerra que libró Varela con el clan Herrera y la primera de las víctimas fue Pacho Herrera eso trajo como consecuencia la muerte de Orlando Henao alias El Hombre del Overol, a manos de José Manuel Herrera alias El inválido. Se terminó convirtiendo en el sucesor de Orlando Henao como jefe del cartel del Norte del Valle, acabó por completo con el clan Herrera a quien le quitó todas las propiedades que tenían y las repartió entre sus socios y empleados. Tras la captura de Fernando Henao, su otro jefe y hermano del asinado Orlando Henao, por delación de Miguel Solano Miguelito desencadenó paulatinamente un conflicto que culminó con la muerte de Miguelito. Cabe destacar que obligó a Rasguño a irse del país y declaró la guerra a todos sus socios y a todos los venció, al final sostuvo una guerra con Diego León Montoya Sánchez Don Diego por causa de la muerte de Miguelito que era su amigo y a su vez por el control del negocio del narcotráfico. Varela conformó su ejército privado al que denominó Los Rastrojos en contraposición a Los Machos de Montoya provocando tal guerra la cual dejó una gran cantidad de muertos y causó que el Valle del Cauca se hiciera un ambiente inseguro y peligroso para vivir. Sostuvo una relación amorosa con Lorena Henao para protegerla de Don Diego el cual delata a ella y a su hermano Arcángel, ambos exiliados en Panamá.


Varela además mantuvo su negocio con redes en México lideradas por Amado Carrillo alias El Señor de los cielos además de sostener una estrecha amistad con el comandante paramilitar Carlos Mario Jiménez alias Macaco quien logró mediar entre él y Montoya para cesar la guerra que ambos capos libraban. A su vez vanamente Varela convierte a Los Rastrojos en un grupo paramilitar. La noticia de su muerte fue recibida con cautela, pues apenas el año anterior, el capo había intentado simularla, también en Venezuela. En medio de esa fallida simulación, un ciudadano de ese país que tenía gran parecido con el narco fue asesinado y sus huellas fueron alteradas. El 30 de enero de 2008 fue encontrado muerto en una cabaña en el estado Mérida, Venezuela; junto a su escolta Weimar Pérez ‘El Grasoso’. Hay otra versión que nuevamente suplanto su muerte pero esta vez exitosamente y que hubo un gran complot en altas esferas policiales, tanto de Venezuela como para tratar de convencer a todo el mundo que Jabón está muerto. Aseguran que por oficinas de altos directivos de la anterior directiva del CICPC corrió un verdadero río de dólares para que certificara que era el cadáver del narcotraficante el aparecido en Mérida, cuya característica no se asemejan en nada a las del verdadero y vivo Wilber Alirio Valera, sin embargo la información no es oficial. Teniendo en cuenta también la negativa del estado venezolano para la entrega del cuerpo de alias jabón y haber sido enterrado en una fosa común de la que se conocen muy pocos datos luego de que la familia del capo vanamente tratando de repatriar el cadáver.



9) El Cartel de los Soles Y Sus rutas y otra red de enchufados .


En los últimos años, el trasiego por Venezuela ha incorporado la ruta africana que facilita el ingreso de drogas al mercado europeo, pasando por países africanos como Guinea Bissau, Senegal y Nigeria. Para algunos expertos, la tolerancia que exhibe el presidente De la asamblea nacional Diosdado cabello al narcotràfico es prueba de que visualiza el negocio como un componente más en su lucha contra el “imperialismo yanqui”. Ahora, tal y como confirman fuentes oficiales en Washington, el Cartel de los Soles maneja el trasiego en asocio con las Farc, guerrilla colombiana que se financia con el dinero de la droga. Investigadores en España, Inglaterra y Alemania han podido verificar que anualmente pasan por Venezuela entre 200 y 400 toneladas de coca colombiana que terminan en las narices o venas de los drogadictos europeos.


Según han podido constatar especialistas en la materia, el Cartel de los Soles maneja el negocio con el apoyo exclusivo de las Farc, habida cuenta que para paliar las críticas internacionales, el gobierno de maduro ha arrestado a numerosos capos colombianos asociados al llamado Cartel del Norte del Valle. En el 2005, Chávez cerró las oficinas de la DEA en Caracas, acusando a sus agentes de espionaje. La corrupción imperante en las fuerzas armadas venezolanas es tal, que buques de la armada escoltan hasta aguas internacionales botes pesqueros que mueven la cocaína colombiana por la ruta africana. Desde el aeropuerto internacional de Maiquetia salen todos los días vuelos comerciales cargados de drogas. El Cartel de los Soles también trabaja con movimientos islámicos extremistas como el Hezbollah, organización terrorista controlado por Irán. El fallecido presidente Chávez mantiene cercanos lazos de colaboración y apoyo al gobierno iraní y permite el ingreso de sus agentes a Venezuela sin revisión alguna. El año pasado una red de narcos patrocinado por Hezbollah fue desmantelado en Colombia.


Hay indicios de que regresa al cargo de Ministro del Interior Ramón Rodríguez Chacin, lo que facilitará las operaciones de las Farc en Venezuela porque este individuo ha servido de enlace con la guerrrilla colombiana por muchos años. Con Rodríguez Chacin al frente de la seguridad interna y con los generales Carvajal y Rangel en puestos claves en las fuerzas armadas venezolanas el poder del Cartel de los Soles se incrementará. La pregunta obligada que se hacen los analistas es si Maduro está dispuesto a pagar el precio político que conlleva el tolerar el narcotráfico en Venezuela A pesar de la tormenta diplomática con Caracas ocasionada por la captura del general Hugo Carvajal Barrios en Aruba, Estados Unidos sigue apuntando a más altos oficiales venezolanos relacionados con el famoso ‘cartel de los soles’.

El exdirector de Inteligencia Militar (entre 2004 y 2009) entró hace seis años a la Lista Clinton, señalado de apoyar el narcotráfico de las Farc. Lo que no se conocía es que desde mayo del 2013 tenía una orden de captura expedida por una corte en Florida. 


La DEA y el Departamento de Justicia lo señalan no solo de apoyar el tráfico de cocaína desde su país, sino de “vender” directamente “cientos de kilos de cocaína” y de “invertir” grandes sumas de dinero en cargamentos de droga que fueron enviados a Estados Unidos y México por el cartel del Norte del Valle.

Carvajal, que fue uno de los militares más cercanos al fallecido presidente Hugo Chávez y que manejó los hilos de la seguridad venezolana incluso después de su retiro, es señalado por Washington de recibir pagos del capo colombiano Wilber Varela, alias ‘Jabón’, inicialmente a cambio de protección. (Facsímil del ‘Indicment’ contra el general Hugo Carvajal).
En el 2004, acosados por la persecución de las autoridades colombianas y por la guerra con ‘don Diego’ –su archienemigo en el cartel— ‘Jabón’ y varios de sus lugartenientes se instalaron en Venezuela.


El indicment contra Carvajal señala que fue él quien manejó directamente ese tema y que gracias a su apoyo el cartel del Norte del Valle “se reubicó en Venezuela” y desde allí siguió enviando embarques de droga.


El documento dice que Carvajal, conocido como el ‘Pollo’, “y otros altos oficiales venezolanos” les permitieron a los narcos colombianos operar libremente, “los protegían de las capturas” y les daban información sobre las acciones de otras autoridades en su contra.


“Después de la muerte de ‘Jabón’ (enero del 2008), el cartel le siguió pagando a Carvajal y a otros altos oficiales venezolanos”, señala la acusación. ‘Jabón’ fue asesinado por sus lugartenientes en el estado Mérida.


La situación de Carvajal podría repetirse con otros generales y coroneles del corazón del chavismo. De hecho, fuentes de inteligencia en Colombia señalan que los desplazamientos internacionales de algunos de ellos están en revisión.


De los presuntos nexos de militares con narcos se venía hablando hace varios años en Venezuela. En el libro Chavismo, narcotráfico y militares, la jueza y exdirectora de la Comisión Nacional Contra el Uso Ilícito de las Drogas, Mildred Camero, dice que durante la presidencia de Chávez se conformó una especie de cartel en el Ejército, conocido como el “cartel de los soles”, que empezó a quitarle el negocio del tránsito de droga a la Guardia Nacional. Dentro de ese grupo la jueza ubica al ‘Pollo’ Carvajal y habla de grabaciones en manos de agencias antidrogas.



10) Dos gobernadores son vinculados con las Farc

Dos gobernadores venezolanos, que hicieron parte de los círculos más altos del chavismo, están enredados en las investigaciones de las autoridades de Estados Unidos por sus presuntas actividades ilegales.





Junto al general Hugo Carvajal, capturado por sus presuntos nexos con el narcotráfico y las Farc, el departamento del Tesoro incluyó en el 2008 en la Lista Clinton al exministro de defensa, general Henry Rangel Silva, quien es gobernador del estado Trujillo, y al exministro del Interior y de Justicia Ramón Rodríguez Chacín, actual gobernador del estado Guárico.

El narcotraficante Walid Makled, capturado en Colombia y extraditado a Venezuela dijo que le había dado al general Rangel y otros oficiales y políticos millones de bolívares provenientes de actividades ilegales.

La inclusión en la lista se tomó, según el Tesoro, porque estos habrían colaborado con armar, estimular y financiar a la guerrilla colombiana.



Ramón Rodríguez Chacín


A Rodríguez Chacín se le señala de haber tratado de facilitar un préstamo de 250 millones de dólares a las Farc y a Rangel de haber promovió la cooperación del Gobierno con ese grupo.
En 2001 también ingresaron a la Lista Clinton el general Clíver Antonio Alcalá, que fue comandante de la IV División de las Fuerzas Militares; los diputados chavistas Amílcar Figueroa y Freddy Alirio Bernal Rosales, y a Ramón Isidro Madriz Moreno, una de las cabezas de la inteligencia del vecino país. Estas organizaciones han desplegados células operativas para recuperar el control del transporte, distribución y venta desde Colombia y Venezuela hasta el Rio Bravo en México.


En Guatemala los narcotraficantes han instalado centros de entrenamientos para sicarios, mientras en El Salvador los carteles siguen reclutando a miembros de la Mara Salvatrucha, considerada por los EE.UU como un grupo terroristas, para hacer el trabajo sucio o de intimidación.


En Honduras, los carteles mexicanos han sostenido acuerdos o pactos con capos locales, incluso, de la labor de inteligencia, el crimen organizado en este país ha logrado tocar importantes factores de poder que se hacen de la vista gorda ante las visibles actividades de los narcos.


Todo esto ocurre por la capacidad del crimen organizado de comprar conciencias y personas, vamos a verlo de esta manera: el Producto Interno Bruto de Honduras 12 mil millones de dólares al año, mientras que solo los Carteles de Sinaloa y del Golfo, generan aproximadamente unos 20 mil millones de dólares anuales, según revela el estudio militar dado parcialmente a conocer por el Comando Sur con sede en Miami.


En el 2009 el Comando Sur advirtió que en México ya habían ocurrido unos 10 mil asesinatos vinculados al narcotráfico “ese mismo escenario podría replicarse en Centroamérica, por la lucha de espacios, mercados y rutas para el trasiego” y así ocurrió, según el reciente informe sobre homicidios de la Organización de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc), Honduras se lleva la Corana, pero le siguen como primera, segunda y tercera finalistas, Guatemala, El Salvados y Venezuela, como los países más peligrosos del mundo.


La advertencia del Comando Sur, como siempre fue desatendida por los gobiernos de estos países, cuatros años más tarde Honduras, El Salvador, Guatemala y ahora Venezuela, son unos habituales en estos informes.

Superan por mucho a los países que años antes se llevaban el ranking, como Sudáfrica, República del Congo o Lesotho.
Cifras extraoficiales en Venezuela reflejan que en el 2013 hubo casi 25 mil asesinatos en ese país suramericano aunque las autoridades no vinculan estas muertes al narcotráfico.


Sin embargo en la columna semanal del periodista Javier Ignacio Mayorca “Crímenes Sin Castigos” el comunicador hace un interesante análisis, de acuerdo con la memoria y Cuenta del ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, en 2013 fueron detectados y destruidos 43 laboratorios destinados a la fabricación de clorhidrato de cocaína. Todos ellos en el municipio Jesús María Semprún del estado Zulia, una zona profundamente influida por la actividad de los frentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que operan en Norte de Santander. 


Supongamos por un momento que esas instalaciones fueron eliminadas cuando apenas tenían dos meses de operaciones. Si cada una producía media tonelada de droga mensual (un estimado conservador) esto pemite concluir que en territorio venezolano se produjeron el año pasado al menos 43 toneladas de cocaína de alta pureza. La sustancia además era cargada en las aeronaves que llegaban a pistas clandestinas detectadas cerca de los laboratorios. Servicio completo. Menos mal que Venezuela es sólo un “país de tránsito” en la industria mundial de las drogas.

En el caso de Nicaragua, las autoridades descubrieron que el cartel de Sinaloa utiliza la ruta que pasa a través de Managua y se cree que han seguido la Carretera Panamericana a través de Honduras y El Salvador.

Se calcula que su máximo líder Joaquín El Chapo Guzmán, incremento sus ganancias desde el 2008 gracias a la instalación de una importante plataforma que del narcotráfico en Panamá Costa Rica y Nicaragua, aunque tras su detención puede ser que esa red se haya debilitado o sea reclutada por otras capos prófugos.



11) Argentina en la Ruta de Narcos


La Iglesia argentina volvió a reclamar acciones “urgentes” a Cristina Fernández para frenar el avance “sin control” del narcotráfico en el país y exigió que esta problemática se convierta en “política de Estado”.


La ruta silenciosa de la droga en Argentina es mayormente entre la zona fronteriza con Bolivia, específicamente en el sector Pasos de Aguas, un cruce fronterizo libre de puntos de control, que facilita que los narcotraficantes que operan en Bolivia, Brasil, Colombia y Venezuela, puedan ingresar a la Argentina, impunemente, toneladas de cocaína y marihuana bajo la mirada complaciente de las fuerzas militares argentinas.


Según pudo conocer quien suscribe la nota, los alijos de cocaína mayormente salen desde los puertos de El Rosario y Buenos Aires, y los cargamentos tienen como destino Holanda, España, Francia y algunos países africanos.



12) DEA: Tres carteles operan en Venezuela


Félix Jiménez, ex superintendente de la Drug Enforcement Administration conocida por sus siglas como la DEA, conversó con quien suscribe la nota, para explicar como vienen operando los narcotraficantes dentro y fuera de los Estados Unidos.
El experto antinarcóticos, asegura que los narco terroristas de las FARC son los responsables de fabricar toneladas de cocaína en Colombia “existe un proceso de paz en Colombia y por eso el presidente Santos exigió a las FARC detener la fabricación de cocaína. Por esa razón la guerrilla ha llegado acuerdos con el Cartel de Sinaloa para mudar los laboratorios a México” afirma Jiménez.


Los cultivos de coca en Colombia no son suficientes para procesar grandes cargamentos de cocaína, por eso las hojas de coca son compradas por los narcotraficantes en el Perú y Bolivia.

“Lo que va a ocurrir es que el cartel de Sinaloa va a ir a buscar a estos países con sus aviones hojas de coca para trasladarlas a México, al igual que químicos como la acetona y ácidos y hidrocloruros que son esenciales para convertir la pasta de coca en cocaína desde sus propios laboratorios en territorio mexicano” aseguró.


Para el ex agente de la DEA, Venezuela tiene un problema de corrupción enorme con los militares, básicamente lo que ha ocurrido, es que después del alzamiento del 11 de abril de 2002, el fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, asignó a sus militares de confianza a la frontera con la excusa de un supuesto ataque de Estados Unidos a Venezuela.


Con el Plan Colombia, las FARC se vieron obligadas a moverse al Este de Colombia y Oeste de Venezuela con sus laboratorios para mantener la elaboración industrial de cocaína.

Los químicos utilizados por la guerrilla de las FARC ingresaban a Venezuela por el Puerto de Puerto Cabello con la complicidad de militares corruptos de alta confianza de Chávez, que permitían que esa materia prima llegara a Colombia, y una vez procesada la cocaína, salía por la misma ruta, es decir, por Puerto Cabello para ser enviada a Europa, otra ruta es por el lago de Maracaibo, de ahí a Aruba y de ahí a Europa, afirma el experto.


13) Carteles operan en Venezuela


Félix Jiménez asegura que la primera organización criminal en operar en Venezuela con venezolanos fue el Cartel del Sol, eran Generales de Brigada (un sol) que comenzaron a cobrar a los carteles colombianos por custodiar la movilización de químicos hasta la frontera con Colombia y posteriormente dar protección a grandes cargamentos de cocaína dentro del territorio venezolano, esta denuncia fue publicada a mediados de los noventa en el periódico El Venezolano en la columna “En Caliente” escrita por quien firma la esta investigación.

Posteriormente, nace el Cartel de los Soles, Generales de Brigada (un sol), Generales de División (dos soles) y Generales en Jefe (tres soles), militares corruptos de la alta confianza del presidente Chávez que se organizan y toman el control del tráfico de cocaína dentro de Venezuela con el apoyo de la guerrilla de las FARC.


El tercer cartel que existe en Venezuela, es insignificante pero importante, lo integran ex oficiales corruptos del ejército que después de 2002 cuando se alzaron contra Chávez pero estaban vinculados con la FARC, fueron dados de baja pero se organizaron y han venido operando con el tráfico de cocaína en pequeñas cantidades con el nombre del Cartel Bolivariano. Ellos son básicamente minoristas que controlan pequeñas cantidades de cocaína, no son muy fuertes, ya que quien controla el gran negocio son esos Generales y oficiales activos que integran El Cartel de los Soles “Si miras la decisión de Chávez de poner esos oficiales en la frontera, era para hacerlos ricos, favorecer a sus amigos que venían trabajando juntos con las FARC en el tráfico de cocaína”


Pero además, hay un listado de personas que constituyen una red que se ha beneficiado de sus relaciones con el poder desde que Hugo Chávez asumió en 1999, y luego a lo largo de todo su gobierno y el de su sucesor, Nicolás Maduro: Los ricos del PSUV.





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